Tan poco interés presta España a los méritos de sus hijos que combatieron por ella, que casi todos ignoran las proezas de aquellos que, sin esperanza pero con determinación, resistieron a toda costa tras la batalla de Ayacucho, ocurrida el 9 de diciembre de 1824 en las Pampas de Ayacucho, Perú. En los 67 días que van desde el 18 de noviembre de 2025 al 3 de enero de 2026, capitulan los fuertes de San Juan de Ulúa, en Veracruz, y el Real Felipe, en el Callao, últimos reductos del imperio hispano en América.
Y así, nombres como el brigadier José Coppinger, el mariscal José Rodil y el brigadier Antonio de Quintanilla, se disipan en la historia. La misma que olvida con tanta facilidad la grandeza de la conquista de América, con sus universidades, sus ciudades, sus catedrales, sus puertos, sus leyes, su idiosincracia, que cayó en las manos de los oligarcas explotadores que la llevaron a su ruina actual.