A primeros de julio de 2021, TERVIES presentó una solicitud al Ministerio de Defensa para que anulara la orden del JEME, relativa al desmantelamiento de los cementerios de los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera y que, por el contrario, inviertiera en su conservación y cuidado, argumentando que “los muertos que allí yacen proclaman la soberanía de España tanto como los vivos que las custodian”.
Con fecha 29 de Julio, el MINISDEF resolvió lo siguiente: “Los cementerios ubicados en las Islas y Peñones, por estar expuestos de forma directa a las condiciones medioambientales y climatológicas, están sufriendo un progresivo deterioro que se ha visto agravado en los últimos años, sobre todo en los cementerios de la Isla de Alhucemas y del Peñón de Vélez. Además, es una obligación moral el cuidar con el mayor respeto posible los restos de los que nos precedieron en el servicio a España y su memoria, lo que es una preocupación del Mando. Por estos motivos, se consideró que la mejor solución era la Exhumación de los restos de los cementerios de Alhucemas y del Peñón de Vélez y su posterior Inhumación en el Cementerio de la Purísima Concepción de Melilla. Como consecuencia de esto, no se considera conveniente cancelar la orden publicada en el BOE para llevar a cabo dicho traslado”.
En relación con la Resolución del MINISDEF, TERVIES reconoce que es competencia de la Administración adoptar este tipo de medidas, pero, como asociación de ciudadanos libres y comprometidos con nuestra nación y en el ejercicio de la libertad de expresión reconocida en la CE, manifestamos que no la compartimos en absoluto. Los cementerios pueden y deben arreglarse. El cuidado de “los restos de los que nos precedieron en el servicio a España y su memoria” se alcanza mejor reparando los cementerios in situ, que trasladando sus restos a otro lugar donde su memoria se pierde. Sus restos y su memoria alcanzan pleno sentido en los lugares donde ahora descansan, proclamando la españolidad de esos territorios.
Además, TERVIES quiere dejar constancia, para que sea recordado por la Historia, que esta infausta decisión fue adoptada por el JEME del momento, general de ejército Francisco Javier Varela Salas, a propuesta del Comandante General de Melilla de entonces, general de división José Miguel de los Santos Granados.