Conmemoración de la batalla de Lepanto

Rememoramos el 7 de octubre la batalla de Lepanto, uno de los hechos históricos más trascendentes en la historia de Europa, en el que la participación de España fue decisiva.

El imperio otomano se encontraba en el siglo XVI en su máximo esplendor y su potente flota, invicta hasta entonces, amenazaba permanentemente las costas europeas en el Mediterráneo, mientras que sus incursiones por tierra llegaban hasta las puertas de Viena. Casi un siglo después de la caída de Constantinopla, la expansión islámica amenazaba, muy seriamente, la cristiandad.

Esta situación llevó al Papa Pio V a impulsar una gran coalición, La Liga Santa, en la que consiguió integrar a España, la República de Venecia, la República de Génova, la Orden de Malta, el Ducado de Saboya y los Estados Pontificios. Francia, aliada con los turcos en su afán de debilitar a España, fue la gran ausente en esta contienda.

Unas 300 naves y más de 80.000 hombres componían la flota de la coalición cristiana que capitaneaba D. Juan de Austria. Las fuerzas turcas, al mando de Alí Bajá eran similares.

Así las cosas, el 7 de octubre de 1571 tuvo lugar, junto a las costas griegas del Golfo de Patras, la mayor y más sangrienta  batalla naval de la edad moderna. En palabras de Miguel de Cervantes, “la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, los presentes, ni esperan ver los venideros”.

La firme determinación de D. Juan de Austria a enfrentarse en mar abierto a la flota turca, frente al recelo del genovés Andrea Doria, su empeño en embarcar a bordo de las desangeladas galeras venecianas a 4.000 infantes españoles, a pesar de las reticencias del veneciano Sebastián Veniero, y el magistral empleo de la flota de retaguardia por D. Álvaro de Bazán en apoyo de los flancos debilitados por los turcos, resultaron decisivos en el desenlace final de la batalla.

La victoria  de la Liga Santa supuso el freno a la expansión del islam por Europa, al tiempo que permitió a España asegurar su influencia en el Mediterráneo Occidental. Parece evidente que, si los turcos se hubieran impuesto en Lepanto, la Europa en la que vivimos actualmente no sería la misma. Es, por tanto, un deber de gratitud recordar a los más de 10.000 muertos de aquel 7 de octubre.

Desde TERVIES queremos instar a las instituciones del Estado a conmemorar como merece, en el año 2021, el 450 aniversario de esta batalla que marcó el devenir de Europa.