España no fundó un imperio colonial, como sí lo hicieran Inglaterra, Francia y otras potencias. Los españoles, porque fueron ellos y no los reyes, conquistaron un Nuevo Mundo. Lo hicieron con la ayuda de los oprimidos de aquellas tierras, por eso pudieron un puñado de hombres valientes conquistar un continente y un mar inmenso. Solos, no hubiesen podido. Quizá lo hicieran porque huían de la pobreza y de una vida sin perspectiva. El caso es que lo hicieron, y crearon su hogar. Se casaron con las mujeres de allí… y con los hombres también, pues hubo muchas heroínas aventureras. Y crearon una sociedad mestiza, nueva y joven, que unió lo mejor de los dos mundos. Por eso, no hay historia más insensata, falsa y estúpida que aquella que habla de expolio, sangre y sumisión. En sólo unos años, esos españoles crearon universidades, hospitales y ciudades para ese Nuevo Mundo. Aquí os dejamos otro ejemplo.
¡Vale ya de mentiras! Españoles, sentíos orgullosos de la historia épica de vuestros padres.